Soja: ¿Es realmente segura?

La soja tiene una historia tumultuosa. Un momento es aclamada como un súper alimento, y al siguiente es potencialmente tóxica. Estos mensajes mixtos han resultado en una incertidumbre generalizada sobre el consumo de tofu, tempeh, leche de soja, edamame y miso debido a informes sobre vínculos entre el consumo de soja y el riesgo de cáncer.

Pero la soja es una fuente increíble de proteína para aquellos que siguen una dieta vegana o vegetariana. Y como habrás notado, muchas de las recetas vegetarianas y veganas en Centr contienen productos de soja.

A diferencia de algunas proteínas vegetales, la proteína de soja se considera una proteína completa, ya que contiene los nueve aminoácidos esenciales.

“Desde una perspectiva nutricional, la soja es una ganadora en todos los aspectos,” nos dice Lisa Middleton, dietista deportiva avanzada. “Los productos de soja tienen un equilibrio de aminoácidos de alta calidad que ayuda a satisfacer los requerimientos de proteína, particularmente para veganos activos. También son una fuente útil de calcio, y su versatilidad ofrece opciones de sabor y textura maravillosas para un estilo de vida basado en plantas.”

¿Entonces cuál es el problema?

La soja contiene isoflavonas, un tipo de estrógeno vegetal (fitoestrógeno) que es similar en función al estrógeno humano. Aquí es donde se complica. Algunos afirman que estos fitoestrógenos tienen un efecto positivo en el cuerpo (la soja es exaltada como un alimento milagroso por algunos, con afirmaciones de calmar los sofocos, prevenir la osteoporosis y proteger contra cánceres hormonales como el de mama y próstata) mientras que otros creen que hay un vínculo entre el consumo de estas isoflavonas y el cáncer de mama, problemas de tiroides y demencia.

“Los estudios han examinado el impacto de la soja en varias condiciones de salud, a menudo con resultados mixtos o neutrales en condiciones como colesterol alto, cáncer de mama y próstata, función cognitiva, función tiroidea y reducción de síntomas menopáusicos,” explica Lisa.

“El efecto de los fitoestrógenos es potencialmente débil e, interesantemente, puede tener un posible efecto pro o antiestrogénico. “Sin embargo, se complica, y el impacto específico de los fitoestrógenos puede estar relacionado con una gama de factores como la etnicidad, la edad, los niveles hormonales individuales y el tipo de producto de soja.”

Harvard publicó recientemente un excelente desglose sobre la soja, y concluyó que “la soja es una fuente de proteína rica en nutrientes que se puede consumir con seguridad varias veces a la semana, y probablemente ofrece beneficios para la salud, especialmente cuando se come como alternativa a la carne roja y procesada”.

¿Cuánto y de qué tipo?

Diferentes productos de soja contienen diferentes cantidades de isoflavonas, con miso, natto y habas de soja probablemente conteniendo cantidades más altas por porción en comparación con la leche de soja, el tofu y el queso de soja.

Pero Lisa rápidamente señala que los productos con mayor cantidad de isoflavonas no son necesariamente “malos”; solo recomienda que no consumas productos con alto contenido de isoflavonas todo el tiempo.

Ella dice que tu plan de comidas semanal vegano o vegetariano puede contener hasta cuatro porciones de productos de soja, para nutrición y variedad “y más tofu/edamame, tempeh y miso … y habas de soja con menos regularidad”.

En resumen

En última instancia, se requiere más investigación para obtener una respuesta definitiva sobre la soja.

“Como consumimos una mezcla de alimentos integrales, no nutrientes individuales, realmente no tenemos una comprensión completa de la interacción entre diferentes alimentos y su influencia específica en la salud,” explica Lisa.

“La investigación sobre el impacto de la soja en las condiciones de salud sigue siendo mixta, aunque las personas en ciertos países con alto consumo de soja comen muchos productos de soja y gozan de buena salud. También es importante recordar que los resultados de estudios realizados en animales o en el laboratorio no siempre son aplicables a los humanos; mira más allá del titular para ver exactamente cómo se realizó la investigación antes de sacar conclusiones.”